Fotografía propiedad del Sevilla FC

El conjunto hispalense consiguió una trabajada victoria por 3-0 ante el Copenhague, clasificándose para la fase final de la Europa League.

La nueva etapa de Jorge Sampaoli había comenzado con una visible mejora de juego, pero no de resultados. En esta tesitura se presentaba el partido ante la ‘cenicienta’ del grupo, el FC Copenhague, partido en el cual el Sevilla se jugaba la vida: si ganaba se clasificaba para, al menos, jugar su torneo fetiche, la Europa League y poder soñar con una épica clasificación para los octavos de final de la Champions League; pero si perdía quedaría matemáticamente último de grupo y eliminado de competiciones europeas.

El Copenhague, arduo rival

El conjunto danés planteó un partido muy serio defensivamente e intentando aprovechar las pocas opciones ofensivas de las que dispusieran utilizando los saques de banda para colocar el balón en área sevillista.

La primera parte transcurrió sin grandes ocasiones, con el Sevilla siendo incapaz de superar la ordenada defensa danesa y con los visitantes saliendo al contragolpe en cuanto tenían oportunidad. En una de esas ocasiones, Haraldsson se encontró con la magnífica respuesta de Dmitrovic a un disparo cruzado.

La segunda mitad se preveía similar a la primera, pero un disparo mordido de William Clem desde la frontal se estrelló en el palo e hizo que Sampaoli diera paso a Lamela y En-Nesyri, quienes revolucionaron el partido. El partido se rompió y ambos equipos gozaron de claras ocasiones, Isco se topó con Grabara mientras que Dmitrovic le volvió a detener un mano a mano a Haraldsson.

Fue en el minuto 61 cuando el Papu Gómez se inventó un pase sobre la defensa danesa que fue peinado por Youssef En-Nesyri, llevando el delirio a la grada del Sánchez Pizjuán. Pese a que Isco se hizo dueño del balón y el Sevilla intentó dormir el partido, el Copenhague metió el miedo en el cuerpo de los sevillistas cuando, tras una prolongación en un saque de banda, el cabezazo de Kevin Diks se estrelló en el travesaño.

Era cuestión de tiempo que el Sevilla marcara el gol de la tranquilidad, y tuvo que ser el mejor jugador del partido, Isco Alarcón, quien lo consiguiera. El jugador malagueño recibió el balón en el pico del área del Copenhague y clavó el balón en la escuadra. Apenas 5 minutos después, ya en el descuento, Montiel aprovechó un rechace del guardameta a un disparo de Lamela para poner el definitivo 3-0 en el marcador.

El partido se vio empañado por una última acción en la que Khocholava pisó con los tacos en el gemelo a Isco, siendo expulsado tras la revisión del VAR.

Un atisbo de esperanza

El nuevo proyecto del Sevilla con Sampaoli como técnico coge aire tras esta sufrida pero merecida victoria en la Champions League, la cual se espera que sirva como punto de inflexión en la temporada del equipo, que se encontraba en puestos de descenso cuando el técnico argentino recaló en Nervión.

El Copenhague, por su parte, queda eliminado de la Champions donde, pese a sumar dos puntos, ha sido incapaz de marcar. El conjunto danés se centrará ahora en el campeonato local tras, al igual que el Sevilla, firmar un pésimo arranque liguero, estando a 10 puntos del líder, el Nordsjaelland.