Fotografía propiedad del Cádiz CF
El Atlético pierde en Cádiz en el último suspiro y continúa por el mal camino
El Atlético de Madrid es un equipo que se resquebraja por momentos y cuanto antes lo asuma tanto la directiva como el cuerpo técnico, menor será el daño que cause esta patente irregularidad. Como se suele decir, hay formas y formas de perder en el fútbol y hoy el Atlético de Madrid del Cholo ha perdido de la peor forma: en el último minuto del encuentro tras haber vivido unas falsas esperanzas de remontada (que claramente, habría sido un resultado injusto para un Cádiz que ha merecido la victoria) y con un equipo desconectado y en estado continuo de depresión. Al final, las graves secuelas de la Champions han pasado factura también en la competición liguera.
Un partido accidentado desde el principio
Desde el minuto uno del partido, los jugadores salieron al césped sin garra ni ilusión. Parecía que incluso ya daban el partido por perdido antes de que empezase a rodar el esférico. Fruto de esta desconexión inicial, el conjunto gaditano aprovechó para poner el 1-0 en el electrónico en su primera acción ofensiva del choque. Tras un gran latigazo de Bongonda, y con tan solo unos segundos en el cronómetro, el Cádiz ya iba ganando en el Nuevo Mirandilla mientras las cámaras enfocaban a los atónitos rostros de prácticamente todos los futbolistas del equipo colchonero. Tras el gol en contra, un Atlético de Madrid muy nervioso aparentaba despertar y se acercaba poco a poco a la portería de Ledesma. Algunas ocasiones de casi nulo peligro empezaron a sucederse, cuando, en el minuto 7, Álvaro Morata cayó dentro del área tras un golpe en el tobillo. La acción no fue revisada por el VAR ante las protestas del delantero español; poco después, el nueve de Luis Enrique se vio obligado a abandonar el terreno de juego con una lesión que podría alejarle del mundial de Catar y de la cual aún no se conocen avances. Cunha tuvo que entrar casi sin calentar y tampoco ayudó al equipo de Simeone a encontrar el gol del empate. Tras este dificilísimo arranque de partido, los rojiblancos se dejaron doblegar por el miedo y la inseguridad y se apagaron durante el resto de la primera mitad.
Tras los quince minutos de refresco, el equipo madrileño parecía seguir atascado y sin generar peligro real sobre la portería cadista. Simeone debía revolucionar un partido que había planteado incorrectamente y que además, había comenzado muy accidentado con un gol tempranero que complicó aún más la situación. Por ello, el entrenador argentino decidió dar entrada a Joao Félix y a Antoine Griezmann (quien hoy había empezado el encuentro desde el banquillo). El equipo no se adaptó a los cambios en un primer momento y Diego Pablo Simeone hizo debutar en primera división a Pablo Barrios, la prometedora perla de la cantera rojiblanca. El joven español, firmó un partido más que correcto en el que dejó buenas sensaciones y detalles de calidad propios de un futbolista de su proyección.
Ya en los últimos minutos, Álex puso el 2-0 tras un tenso centro del Pacha Espino para poner tierra de por medio y dinamitar definitivamente el partido, ante un Atlético de Madrid de nuevo muy permisivo y poco contundente en las acciones defensivas. Poco después, Joao Félix se animó con una tijera que acabó empujando Luis Hernández dentro de su propia portería para hacer creer al Atleti. El portugués, consiguió minutos más tarde el entonces gol del empate tras un potente disparo fuera del área que superó al portero del Cádiz.
En los últimos minutos, cuando todo parecía indicar que el Atlético de Madrid había conseguido rascar un punto de un partido que parecía ya perdido, Rubén Sobrino le otorgó la merecida victoria al conjunto dirigido por Sergio González en una acción donde el Atleti se encontró muy dubitativo en defensa.
Lo bueno dentro de lo malo
En un equipo que deja por el momento muchas dudas y mucho que desear, se pueden encontrar algunas noticias positivas: Joao Félix ha dejado patente su enorme calidad para demostrarle a Simeone que es el hombre que necesita para desatascar esta situación, Pablo Barrios ya ha debutado como jugador del primer equipo para asegurarse con maestría un hueco en el futuro de la entidad rojiblanca y, aunque no haya tenido acciones destacadas, Griezmann ha vuelto a salir al terreno de juego dispuesto a dejarse la piel por el equipo. Queda mucho por trabajar y mejorar, y quizá el trabajo sea más psicológico que futbolístico. Si a este equipo le añadiéramos más positividad y fortaleza mental, quizá mejoraría por si solo sin tener que recurrir a una mejora estrictamente futbolística y táctica (que también es bastante necesaria pues al equipo se le nota muy nervioso y falto de ideas, tanto en ataque como en defensa)