Advertencia: pese a que en este artículo (y en la propia imagen que lo ilustra) aparece simbología nazi (fundamentalmente la esvástica) este artículo no pretende en ningún momento ser ofensivo. Es un producto de ciencia ficción que trata la cuestión nazi con repudio, como es debido. Este artículo, de hecho, pretende servir de condena (sobre todo del que firma) hacia la Alemania que construyó Adolf Hitler. En memoria de todas las víctimas del Holocausto; jamás serán olvidados. Que en paz descansen.
El nazismo, la ideología más cruel de la historia de la humanidad, llegó al poder en Alemania de la mano de Adolf Hitler en la década de los años 30 del siglo XX. Así, quedaría instaurado un régimen totalitario y coercitivo asentado en la idea de la supremacía de la ‘raza blanca’ y de la ‘pureza racial’, con un especial odio a los judíos – léase holocausto – que el propio Hitler ya dejaba entrever en su Mein Kampf.
Las ansias de poder y dominio de Hitler lo llevaron a su propia perdición en la Segunda Guerra Mundial. Tanto el poder logístico aliado (potenciado tras la entrada de Estados Unidos y la URSS en el conflicto) como las desacertadas decisiones tácticas de Hitler, fueron el talón de Aquiles de las Potencias del Eje.
Finalmente, los Aliados ganaron la guerra y descubrieron los campos de concentración nazis dedicados al exterminio de judíos y otras razas consideradas ‘inferiores’ a lo que el Reich definía como ‘raza aria’.
Sin embargo, ¿qué hubiera pasado si la Alemania Nazi jamás hubiera perdido la guerra? Ese es el argumento fundamental de la serie de drama histórico The Man In The High Castle, una adaptación de la novela del mismo nombre que está disponible en Amazon Prime Video.
Estados Unidos asolado por los nazis y Japón
En el mundo alternativo en el que se sitúa la trama de El Hombre en el Castillo, Estados Unidos ha sido dividido en dos partes y está separado por una zona neutral que actúa como frontera entre ambos territorios. Las Potencias del Eje han ganado la guerra en esta realidad paralela y el mundo está controlado totalmente por el Tercer Reich. Países como Italia o España parecen ser también parte del nuevo Orden Mundial Nazi, quizá como provincias honorables del Reich alemán, aunque la serie jamás lo especifica.
En los llamados Estados Japoneses del Pacífico, con capital en San Francisco, los japoneses ahora son la ‘clase social’ predominante y a la que se le debe respeto, mientras los norteamericanos son ninguneados. En la parte Atlántica de la nación, con capital en Nueva York, Times Square dibuja esvásticas sobre un eléctrico rojo ardiente, muestra del nuevo poder impuesto desde Berlín. Es el nuevo Reich Americano.
Desde los Estados del Pacífico, conoceremos a Juliana Crain, una norteamericana que habita en la ciudad de San Francisco, ahora bajo el poder del Imperio Japonés. Su vida es relativamente normal: tiene pareja (un chico de ascendencia judía llamado Frank) y visita frecuentemente a sus padres. Sin embargo, su vida cambiará radicalmente cuando se tope con una cinta un tanto peculiar.
Al reproducir la película en su casa, será testigo de una realidad que parece ser sacada de otra dimensión. El cortometraje es un documental sobre la victoria de los Aliados en la guerra. Algunos misiles destrozan esvásticas y simbología nazi mientras se puede apreciar a un victorioso Churchill que acaba de ganarle la guerra a Hitler y a los nazis. Parece un sueño hecho realidad para Juliana, pero no es lo que ocurrió en su realidad.
Juliana viajará a la Zona Neutral a fin de hacerle llegar la película a un miembro de la Resistencia frente a los nazis. En esa zona fronteriza entre ambas naciones, conocerá a Joe Blake, quien ha viajado a la Zona para hacer contacto con otra persona, también de la Resistencia, que tiene películas para él.
Desde Nueva York, la serie nos presentará a otro de sus personajes más importantes: un mandatario nazi de alto rango, miembro de las SS y de origen norteamericano, el Obergruppenführer John Smith. De Smith se nos mostrará el lado humano y familiar de una persona poderosa dentro del Partido Nazi.
Su esposa, Helen Smith, es el arquetipo perfecto de lo que una mujer significa para el Reich: ama de casa, buena madre de sus hijos, defensora de la ideología nacionalsocialista desde su alto poder en la Liga Femenina e inspiración para el resto de las mujeres del Reich.
Mientras, sus tres hijos, Thomas, Jennifer y Amy son educados en los principios nazis. En casi cualquier asignatura que estudian en la escuela está impregnado el ideario político de la supremacía blanca y el antisemitismo. Thomas, como el hombre joven y prometedor de la familia, está iniciando su carrera política en las Juventudes Hitlerianas siguiendo la estela de su padre.

La reseña. Una realidad alternativa ideal para cualquier usuario de Amazon Prime Video
Había escuchado ciertas maravillas acerca de esta serie de producción original de Amazon que es un tanto desconocida e infravalorada. Es muchísimo mejor de lo que te esperas. Un amante de las series dramáticas no debería perdérsela. El contexto histórico está estudiado al milímetro y la realidad paralela que describe engancha desde el primer vistazo.
La serie peca de lentitud en algunas subtramas a lo largo de sus cuatro temporadas, pero en líneas generales es muy llevadera. Además, cuenta con los precisos giros argumentales que te mantienen atento desde el principio hasta el final y que se hacen notar desde el capítulo uno.
Rufus Sewell, quien interpreta al nazi John Smith, realiza una actuación sublime, sobre todo cuando transmite pensamientos e ideas usando exclusivamente la gestualidad de su rostro. Sin duda es uno de los actores más capacitados que he visto en mucho tiempo y el personaje que interpreta es de esos capaces de sustentar una serie él solo.
Además, la ambientación y los escenarios son geniales, al igual que el trabajo realizado por los fotógrafos. Especialmente, el decorado de esta Nueva York nazi es fantástico e inmersivo. Casi parece que la serie haya sido grabada realmente en la realidad alternativa, pues sus imágenes son uno de sus puntos más fuertes.
En pocas palabras, The Man in the High Castle es de las producciones más desconocidas dentro de las principales plataformas de streaming, aunque es extraordinaria y goza de una enorme calidad técnica y narrativa. Cualquiera que la vea, descubrirá un producto tan elegante y cuidado como entretenido, educativo y que cuenta con una trama seria y muy cruda.